Este dedicó su vida a ser voluntario en hospitales de todo el continente (junto con otros voluntarios, en grupo) haciéndo sonreír y demostrándole su apoyo y afecto a todos los enfermos de cáncer.
Se disfrazaba de payaso y conseguía que la estancia de los pacientes fuera más llevadera.
Yo pienso que Patch Adams lo que le salva de sus problemas es su manera de mirar el mundo. El hecho de poder exteriorizar su felicidad y su optimismo.
Lo que le lleva a estudiar medicina es su afán por ayudar a la gente y su gran inteligencia.
Quería ser médico para servir al prójimo. Quería dedicar su vida a eso.
No es aceptado por el decano de la facultad, ya que piensa que los métodos de Patch Adams no son adecuados.
Una de la crisis que sufre es la muerte de su compañera y amor. A eso se le suman todos los obstáculos que algunas personas ponen para que él no pueda llevar a cabo su sueño.
El papel de Patch Adams me hace preguntarme qué lleva a una persona a luchar contra todo para lograr lo que quiere. Cuánto amor tendrá para dar.
Algunas cosas sobre el auténtico Patch Adams:
Doherty Hunter "Patch" Adams (Washington D. C., 28 de mayo de 1945) , es un médico estadounidense, activista social, ciudadano diplomático y escritor. Fundó el Instituto Gesundheit! en 1971. Cada año organiza un grupo de voluntarios de todo el mundo a viajar a distintos países, vestidos de payasos, en un esfuerzo por llevar el humor a los huérfanos, pacientes y otras personas. Su vida fue la base en la cual se inspiró la película Patch Adams (Dr. de la Risa), protagonizada por Robin Williams, en la cual interpreta el papel de Hunter.
Adams actualmente vive en Arlington, Virginia, donde promueve medios alternativos de sanación para enfermos en colaboración con el instituto. Es el inventor de la risoterapia con fines médicos y terapéuticos, y el responsable de la inclusión de ésta en la medicina moderna.
Cada año, acompañado por un grupo de voluntarios de todo el mundo, viaja a Rusia, para traer esperanza y diversión a los huérfanos, pacientes y la gente en general. En 1998, también visitó Bosnia-Herzegovina, uno de los países de los Balcanes envuelto en un conflicto bélico.
Desde 2003, Patch visita Perú una vez al año y ha formado una alianza estratégica con la ONG Bolaroja, con quienes realizan proyectos de ayuda social al interior del país y específicamente en Belén, ciudad de Iquitos. Este trabajo lo desarrolla en alianza con personas e instituciones locales como la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), a través de la Facultad de Medicina y la Facultad de Salud Pública y Administración, para propiciar nuevas propuestas en la medicina clínica y la salud pública contemporáneas.
En 2005, visitó el Hospital Garrahan de Buenos Aires, Argentina, varios hogares infantiles del partido de General San Martín (Buenos Aires) y el Hospital Pereira Rossell de Montevideo, Uruguay. Allí conoció al Paya y la Nerd, una pareja de jóvenes muy felices que lo ayudaron a repartir sonrisas en muchos hospitales de la región.
En 2007, también se presentó en Quito y Cuenca, Ecuador, donde asistió al instituto del cáncer Sociedad de Lucha Contra el Cáncer(SOLCA); visitó Perú con el Dr. Joe Pérez y la Dra. Evelyn Gamarra; Chile, donde ha dado conferencias en algunas universidades y Guatemala, donde ofreció una conferencia para jóvenes universitarios y público en general.
En 2004, participó en el "Congreso Mundial de Estudiantes de Medicina" en Ixtapa Zihuatanejo, México y en 2007 regresó a tierras mexicanas y estuvo en Quintana Roo, Cancún. La Escuela de Medicina del Tecnológico de Monterrey (EMIS) tuvo la oportunidad de contar con su presencia como conferencista especial durante el pasado congreso para estudiantes Salud Global 2010 en Monterrey, México. El 3 de febrero del 2011 regreso a mexico a una conferencia en las 7as jornadas médicas en el instituto nacional de pediatría. El 21 de octubrede 2011, visitará nuevamente México, invitado por la Fundación Foro Mundial de Universitarios.
El 19 de agosto de 2009, fue nombrado profesor visitante de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), por sus valiosos aportes a favor de pacientes y poblaciones vulnerables a nivel mundial.
Algunas otras vidas que hayan servido para ayudar es, por ejemplo, la vida de Irena Sendler. Enfermera que, durante la Segunda Guerra Mundial, salvó a más de 2500 niños judíos jugándose su propia vida.
Aquí dejo su preciosa y escalofriante historia.
En 1999 su historia empezó a conocerse. Cuando Alemania invadió el país en 1939, Irena era enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia el cual manejaba los comedores comunitarios de la ciudad.
En 1942 los nazis crearon un ghetto en Varsovia e Irena horrorizada por las condiciones en que se vivía allí se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos. Consiguió identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controlaran el recinto.
Pronto se puso en contacto con familias a las que les ofreció llevar a sus hijos fuera del Gueto. Pero no les podía dar garantías de éxito. Era un momento horroroso, debía convencer a los padres de que le entregaran sus hijos y ellos le preguntaban: "¿Puedes prometerme que mi niño vivirá?"
¿Qué se podía prometer cuándo ni siquiera se sabía si lograrían salir del gueto?
Lo único cierto era que los niños morirían si permanecían en él.
Las madres y las abuelas no querían desprenderse de sus hijos y nietos. Irena las entendía perfectamente, en aquel entonces, ella era madre, y de todo el proceso que ella llevaba a cabo con los niños, el más duro era el momento de la separación. Algunas veces, cuando Irena o sus chicas volvían a visitar a las familias para intentar hacerlas cambiar de opinión, se encontraban con que todos habían sido llevados al tren que los conduciría a los campos de la muerte. Cada vez que le ocurría algo así, luchaba con más fuerza por salvar a más niños.
Comenzó a sacarlos en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo lo que estaba a su alcance para esconderlos y sacarlos de allí: cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercaderías, sacos de patatas, ataúdes... en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape. Logró reclutar al menos una persona de cada uno de los diez centros del Departamento de Bienestar Social.
Con su ayuda, elaboró cientos de documentos falsos con firmas falsificadas dándole identidades temporarias a los niños judíos. Irena vivía los tiempos de la guerra pensando en los tiempos de la paz. Por eso no le alcanzaba con mantener con vida a esos niños. Quería que un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres, su identidad, sus historias personales, sus familias.
Entonces ideó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades. Apuntaba los datos en pedazos pequeños de papel y los enterraba dentro de botes de conserva bajo un manzano en el jardín de su vecino. Allí aguardó sin que nadie lo sospechase el pasado de 2.500 niños… hasta que los nazis se marcharon.
Pero un día, los nazis supieron de sus actividades. El 20 de octubre de 1943, Irena Sendler fue detenida por la Gestapo y llevada a la prisión de Pawiak donde fue brutalmente torturada. En un colchón de paja de su celda, encontró una estampa ajada de Jesucristo. La conservó como el resultado de un azar milagroso en aquellos duros momentos de su vida, hasta el año 1979, en que se deshizo de ella y se la obsequió a Juan Pablo II.
Irena era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos; soportó la tortura y se rehusó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos. Le rompieron los pies y las piernas además de innumerables torturas. Pero nadie pudo romper su voluntad. Así que fue sentenciada a muerte. Una sentencia que nunca se cumplió porque camino del lugar de la ejecución, el soldado que la llevaba la dejó escapar. La resistencia le había sobornado porque no querían que Irena muriese con el secreto de la ubicación de los niños. Oficialmente figuraba en las listas de los ejecutados, así que a partir de entonces, Irena continuó trabajando pero con una identidad falsa.
Su padre un médico, que falleció de tifus cuando ella era todavía pequeña, le inculcó lo siguiente:
“Ayuda siempre al que se está ahogando, sin tomar en cuenta su religión o nacionalidad.
Ayudar cada día a alguien tiene que ser una necesidad que salga del corazón”
Al finalizar la guerra, ella misma desenterró los frascos y utilizó las notas para encontrar a los 2.500 niños que colocó con familias adoptivas. Los reunió con sus parientes diseminados por todo Europa, pero la mayoría había perdido a sus familiares en los campos de concentración nazis. Los niños sólo la conocían por su nombre clave: Jolanta. Pero años más tarde cuando su historia salió en un periódico acompañada de fotos suyas de la época, varias personas empezaron a llamarla para decirla: “Recuerdo tu cara….soy uno de esos niños, te debo mi vida, mi futuro y quisiera verte….”
Irena Sendler lleva años encadenada a una silla de ruedas, debido a las lesiones que arrastra tras las torturas sufridas por la Gestapo. No se considera una heroína. Nunca se adjudicó crédito alguno por sus acciones. "Podría haber hecho más," dice siempre que se la pregunta sobre el tema. "Este lamento me seguirá hasta el día que muera."
La heroína polaca Irena Sendler, quien arriesgó su vida en la Varsovia ocupada de los nazis para salvar de la muerte a 2.500 niños judíos, falleció el 13 de mayo de 2008 a los 98 años, informó la familia.